¿Por qué debo conformarme con mirarte de reojo? 
¿Por qué debo conformarme con pensar en cómo sería aquello de compartir tus mejores momentos, firmar cada uno de los poros de tu piel, y patrocinar cada una de tus sonrisas? 
¿Por qué tengo que pasarme los días imaginándome el mundo junto a ti en vez de desarrollando los planes que teníamos de un futuro juntas? 
Es tan cruel la vida cuando después de poner entre tus brazos el calor perfecto, te arrebata todo rastro de él, dejándote esa nostalgia, necesidad y ese anhelo. 
Es tan cruel la vida dándote amor, ilusionándote y después arrancando de cuajo hasta la última huella de lo que fuiste, de lo que sentiste. 
Y se siente desgarrar cuando el amor que tanto deseas rescatar te mira fijamente, a lo lejos, inerte y conforme intentas acercarte, se aleja más.
Es duro esto de perderte en tus propios esquemas.
Es duro no encontrar salida, no saber qué puede pasarte ni tampoco qué quieres tú que te pase. Dejar pasar el tiempo, o matarlo entre lágrimas. 
Aceptarlo, o encerrarte en una negación. Hay tantas opciones y ninguna me parece óptima.
Porque esto es amor, creer que un cielo en un infierno cabe, 
dar la vida y el alma a un desengaño, quien lo probó lo sabe.